Soy la que soy

Esta vez, llegué a Buenos Aires un miércoles 19 de febrero por la noche. Y es así, soy noctámbula, me gusta el verano y el calor. Heredé las caderas redondeadas de mi madre y la flacura de mi padre, pero desde que nació mi niño, más caderas que flacura. Tengo hoy una pancita que no reconozco, pero que agradezco. Me recuerda que la vida pasó por mi, a través de mi (debo amigarme con esta nueva pancita). Soy creyente: creo en el arte, creo en mis amig@s, creo en la energía, en el poder del pensamiento, creo en mis seres queridos, creo en Dios (no como un viejito de barba, claro), pero por sobre todo creo en el Amor, la más maravillosa y poderosa de las manifestaciones. Amor en todas sus variantes, en todas sus vertientes. La paz es una manifestación del amor, la verdad es una manifestación del amor, las creencias luminosas son una manifestación del amor, la solidaridad es una manifestación del amor.
Escribo desde que aprendí a escribir: cuentos, poesías, guiones, notas, ensayo, hasta me animé y hace unos años escribí una novela que hoy tiene sabor a panfleto, a candor.
Ya me casé, me divorcié y me volví a separar, viajé por el mundo, me emborraché, me engañaron, tuve plata, y estuve sin un peso, me subí al pedestal, y me sentí cucaracha. Fui muy amada y amé con todo mi ser. Me fui de mi lugar, me mudé de casas y de ciudad. Volví, García Marquez, en Cien Años de Soledad dice que nadie es de ningún lugar hasta que no tiene un muerto bajo tierra. Hasta que me vuelva a enamorar... Mis muertos son porteños. Pero no creo en la muerte, sólo es un cambio de ropa, aunque me duele no escuchar más esa voz, no volver a sentir ese abrazo, esas palabras; extraño mucho a mi mamá... sí, vieja, ya sé: el sabio sabe más por viejo que por sabio.
Tengo casa propia, un depto chiquito y bastante bien ubicado, necesita que lo maquille un poco, ya lo terminaré de arreglar, me lo debo. Como también me debo un poco de gimnasia, un baño de inmersión, publicar mis libros de poesía, un viaje a México.
Soy soñadora por naturaleza, un hombre me dijo una vez que yo creía todavía en los cuentos de hadas, pobre de él que no cree en nada, qué poco mundo interior. Otro me dijo que yo era muy confiada, pero que no lo cambie porque era una de las cosas más lindas que tenía. Otro quiso soñar conmigo, pero creo que no se animó porque no lo vi desplegar sus hermosas plumas. Así soy. Soy amiga, soy madre, soy hermana, soy hija, soy compañera, soy tía, soy madrina. A veces tengo mal carácter, pero no sé hacer otra cosa que escribir y aquí estoy. 

Gracias por pasar por acá, nos vemos en cualquier lugar.
Karina, Kari, Karenina, Karolina, Karola, Ka.
Soy muchas, soy la que soy.

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